La mejor prevención contra el cáncer cervical es acudir periódicamente al ginecólogo desde el momento en que se inicia la actividad sexual. De esta manera es posible realizar el seguimiento oportuno en cada caso, bien se presente o no la existencia del Virus del Papiloma Humano.
La detección precoz de lesiones malignas es fundamental para garantizar un buen pronóstico. Por ello, en la revisión ginecológica habitual se realiza una citología de forma periódica para detectar posibles anomalías en las células y, a partir de cierta edad, también se puede realizar el test de VPH.
El test de Virus del Papiloma Humano (VPH) permite determinar si existe infección por VPH y de qué subtipo se trata. Existien casi 200 variedades del virus, de lo cuales 15 son responsables de los casos de cáncer de cuello uterino.
En caso de que el resultado de la Citología sea anormal, que al examen ginecológico se encuentre el cuello del útero anormal o si el test de HPV es positivo, el Ginecologo debe proceder a realizar una colposcopia.
¿Qué es una Colposcopia? Es un método no invasivo que se realiza en el consultorio con la ayuda de un microscopio especial llamado colposcopio que, complementado con el uso de sustancias químicas, sirve para detectar lesiones sospechosas que serán analizadas por medio de una biopsia. Este procedimiento no requiere anestesia y no es doloroso.