¿Cómo detectar un mioma uterino?
Miomas uterinos
Los miomas uterinos son tumores benignos pélvicos que se presentan con frecuencia en mujeres. Según F. Fábregues, J. Peñarrubia “Se estima que aparecen en un 25% de mujeres en edad reproductiva y hasta en un 40% de mujeres en edad inferior a los 50 años”. Aunque su formación no se conoce con claridad, se cree que su desarrollo está asociado con predisposición genética, influencia hormonal y varios factores de crecimiento.
Por lo general, los miomas uterinos son tumores benignos asintomáticos que en ocasiones pueden manifestarse como alteraciones menstruales (sangrados abundantes o hemorragias prolongadas), dolor pélvico intenso y síntomas de compresión pélvica.
El tratamiento de elección para pacientes con miomas uterinos, debe tener en cuenta el deseo de embarazo, la edad, la fertilidad,, antecedentes quirúrgicos y las características particulares de cada mioma (ubicación, número, tamaño, tipo). En este sentido pueden distinguirse tres tipos diferentes de miomas: subserosos, intramurales y submucosos.
Miomas subserosos:
se desarrollan bajo la capa serosa ubicada en la porción externa que recubre el útero. Generalmente los miomas subserosos crecen y pueden manifestarse a través de dolor pélvico o sensación de compresión.
Miomas intramurales:
son aquellos que se forman en la pared muscular del útero. Este tipo de mioma está asociado con alteraciones en los ciclos menstruales caracterizados por hemorragias abundantes.
Miomas submucosos:
este tipo de miomas se forman en la capa interna del útero denominada endometrio. Los miomas submucosos son poco frecuentes en comparación con los miomas intramurales y suberoso, sin embargo son los que causan mayores complicaciones.
Manifestaciones clínicas de los miomas uterinos
Los síntomas pueden variar según la ubicación, número y extensión del mioma incluyendo sangrado o hemorragias anormales, dolor tipo cólico, dolor opresivo pélvico y en algunos casos disfunción reproductiva. A pesar de esto, Ortiz M, Labrador A y Martínez N sostienen en Miomatosis Uterina que “sólo 20 a 50% de las mujeres con un mioma o más experimentan síntomas que pueden atribuirse directamente al mioma en sí”. Dentro de los síntomas más comunes, destacamos:
Hemorragias uterinas:
el sangrado uterino intenso o prolongado durante el ciclo menstrual (menorragia) y sangrado abundante que puede tener una duración normal durante la menstruación (hipermenorrea) son las manifestaciones clínicas más usuales y están asociados principalmente a miomas submucosos e intramurales. En el caso de mujeres que presentan menopausia, los miomas uterinos sufren regresión y el endometrio se atrofia por cambios hormonales, generado el cese del sangrado uterino.
Dolor pélvico:
aunque no es frecuente el dolor pélvico, suele aparecer en presencia de miomas uterinos grandes, durante la torsión de un mioma pediculado o dilatación de un mioma submucoso.
Infertilidad:
el porcentaje de infertilidad asociado a la aparición de un mioma uterino varía entre el 5 a 10% de los casos. Con frecuencia, la disfunción reproductiva está asociada a la formación de miomas intramurales y subserosos ya que estos pueden interfiere con la implantación del embrión, el transporte espermático por deformación de la cavidad uterina, alteración de contractilidad uterina alterada, frecuentes hemorragias uterinas y formación de coágulos, entre otros.
Compresión pélvica:
durante la exploración abdominal, un útero miomatoso de aproximadamente 12 a 20 semanas de tamaño es posible palpar. Por lo general, los miomas subserosos están asociados a este tipo de síntoma debido a su localización, cuando el útero incrementa su tamaño ejercen presión sobre otros órganos, especialmente sobre el tracto urinario manifestándose a través de frecuencia urinaria, obstrucción de evacuación o sensación de necesidad de orinar cuando el mioma se encuentra en la pared posterior del útero.
Diagnóstico de los miomas uterinos
El diagnóstico de miomas uterinos inicia desde el hallazgo del tamaño irregular del útero durante la exploración física y la historia clínica de cada paciente. Bajo sospecha se realizan técnicas de imágenes necesarias para confirmar la posible aparición de un mioma antes de proceder con el tratamiento o la intervención quirúrgica. Una de las modalidades más utilizadas es:
El ultrasonido transvaginal:
es una técnica de imagen utilizada en el aparato genital femenino que presenta una sensibilidad alta (95-100%) para la detección de miomas uterinos con formación inferior a 10 semanas. Durante el procedimiento se inserta cuidadosamente una sonda directamente en la vagina para captar imágenes de las estructuras del canal cervical. El ultrasonido transvaginal es uno de los métodos ampliamente utilizados debido a su efectividad y disponibilidad.
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